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Foto del escritorBodegas HIRAETH

Vinos quinados

Actualizado: 27 jul 2020

Que son los vinos quinados?

Son vinos dulces a los que se le han añadido extractos de quinina


Y que es la quinina?

La quinina es un alcaloide que se extrae de la corteza de un árbol de origen peruano, llamado quina, y tiene propiedades tónicas, digestivas, antipiréticas, analgésicas y antimaláricas. Este árbol está representado en el escudo de la bandera peruana.


Esta sustancia o extracto es más conocida ahora por su uso en la Tónica (el refresco carbonatado), pero se usaba y se sigue usando para algunos vinos dulces denominados quinados


La quinina o quina se utilizaba ya a finales del siglo XIX en forma carbonatada como medicamento contra la malaria

Y el vino quinado Durante los años 60 fue muy popular en España y se llegaron a publicitar como un producto dirigido a menores por sus propiedades. La principal razón era que estimulaba el apetito, y se les daba a los niños que no tenían hambre o que eran poco comilones, con la intención de que comieran más para estar mejor alimentados


No en vano, son vinos denominados a veces carminativos (estimulantes del apetito).

Para estos vinos en aquella época se generalizo el nombre de Kina, y se ignoraba incluso como vino, considerándolo más bien como un alimento o complemento.

Hubo varias marcas de quina muy conocidas, e incluso su publicidad iba dirigida a menores, recomendando dar este vino a los niños como parte de una dieta sana, algo impensable hoy en día. (Ver video).



Los que tengan más de 50 años, seguro que se acuerdan y quizás hayan probado alguna vez siendo un niño este vino de licor, que aún existe hoy en día, pero que su uso lógicamente es otro.

Los vinos quinados al igual que los Vermouth se toman como aperitivos, precisamente por estar elaborados con sustancias vegetales estimulantes de la apetencia.


Pero la quinina como sustancia tiene una historia más profunda.

Cuenta la leyenda, que al indígena Pedro Leiva, lo devoraba la malaria, avanzando a tropezones y moribundo cayó sobre la orilla de un estanque en medio de los andes peruanos.

Empapado en sudor, se acercó al agua, apartó las hojas y ramas que habían caído en el remanso, tomó algunos sorbos amargos, y entonces, la fiebre cedió.


Al enfermo lo había salvado la mezcla milagrosa de agua con las cortezas de aquel árbol insólito que crecía rodeando el estanque..

Ilustración : Mirella Gómez

Cuando el indio Pedro de Leiva se recuperó, llenó de agua y raíces de quina un cántaro y lo llevó a su pueblo.

La popularidad del brebaje milagroso se extendió rápidamente.

“La quinina corta el ciclo de vida del parásito de la malaria y le impide infectar otros glóbulos rojos, que es donde se alimenta y reproduce”


Según el historiador Pío Jaramillo, En 1630, los españoles afectados por el paludismo (malaria) en Ecuador, entre ellos, Don Juan López de Cañizares, “Corregidor de Loja", ante la ineficacia de los tratamientos de los médicos de entonces, recurrieron a Pedro Leiva (cacique indígena de Malacatos), quien administro al corregidor unos amargos polvos preparados a partir de una planta que solo él conocía, sanando el paciente en poco tiempo.


Cita también el mismo historiador que , en 1638, la Condesa de Chinchón , doña Francisca Henríquez de Ribera esposa del Virrey del Perú, el Conde Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, se enfermó gravemente de fiebres tercianas.

El padre jesuita Juan López le pidió a Pedro Leiva la corteza para curar a la Condesa: "Pedro Leiva dio al jesuita Juan López una cantidad de quina" y éste a su vez al corregidor López de Cañizares, quien se apresuró a enviar a Lima la corteza de la quina.


La Condesa tratada con los polvos se recobró y a partir de ese momento la quina se convirtió en el único remedio efectivo contra el paludismo, doscientos cincuenta años antes de que el microbiólogo Charles Louis Alphonse Laveran descubra el parásito que causa la enfermedad.


Esta historia inspiró el nombre científico que el árbol lleva hasta hoy: Cinchona Officinalis. Cinchona , de Chinchón.

Árbol de la Quina. Ilustración de Mirella Gómez

A lo largo de los siguientes siglos casi no hubo equipaje de explorador, conquistador o soldado que no llevara quinina.

Así pues, fue entonces más tarde , cuando a mediados del siglo XIX y principios del siglo XX , cuando aún no se habían producido los actuales avances farmacológicos , bodegueros y farmacéuticos , aprovechando el vacío existente y las opiniones de historiadores y científicos exaltando las cualidades medicinales y nutritivas del vino , elaboran los llamados vinos medicinales , que debido a su composición se denominan vinos quinados , vinos para enfermos o incluso vinos milagrosos , tónico aperitivo y reconstituyente o digestivo.


Los publicitaban como remedios medicinales junto a imágenes religiosas, y más tarde ya en pleno siglo XX y con la llegada de la televisión como reconstituyentes y casi milagrosos para la inapetencia y la salud.


Hoy en día son tomados como aperitivo, y si bien el vermouth goza de mejor fama, es una opción igual, o incluso mejor a la hora de tomar antes de comer, o como vino de postre, y su peculiar gusto quinado los hace muy interesantes, probarlo y os animo a comentar con que pensáis que viene mejor maridarlo.



Os dejo aquí uno de estos vinos a los que se le añade el extracto de la corteza del árbol de la Quina, por si tenéis curiosidad de probarlo:




Andrés Maderal








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